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En los últimos años, si de algo ha adolecido Ferrari es de ser la escudería que marca la pauta a nivel técnico en la Fórmula 1. Tal honor sólo puede atribuirse a Red Bull. La creatividad de Adrian Newey y su equipo de Milton Keynes que ha estado en estos últimos años muy por delante que sus rivales. No obstante últimamente en la pre-temporada siempre hay voces optimistas pero que en forma avanzan la temporada la realidad se convierte en el peor enemigo del optimismo.
Esta temporada se nos presenta innovadora para los amantes de este deporte con muchos cambios en el reglamento, cambios de motores, la tecnología también se implica cada vez más. Es posiblemente una temporada en la que pueden haber más sorpresas. No hay que ir muy lejos para ver como un equipo como Maclaren que no se subió al podio ni una vez en la pasada temporada está protagonizando unas muy buenas marcas en estos primeros tests.
Maranello se encuentra en estos momentos trabajando muy duro para ofrecer tanto a Fernando como a Kimi un coche a la altura de la escudería. Por el momento las sensaciones iniciales son muy buenas. Visualmente, una de las cosas que más llamó la atención del nuevo F14 T era que las entradas de aire laterales eran mucho más pequeñas que las de sus rivales. Resultaba curioso pues, en teoría, estos nuevos propulsores son más propensos a calentarse con mayor rapidez.
Para contrarrestar está debilidad térmica pero a la vez mejor aerodinámica han diseñado unos microtubos de titanio situados en el interior del monoplaza que especulan que llega a reducir hasta un 15% la temperatura del coche. Aún es un poco pronto para hacer una valoración global no obstante las sensaciones en el test realizado a principios de Febrero en Jerez reflejaban estos avances estando continuamente en los puestos más altos de los cronos.
Otro retoque técnico más significativo en esta ocasión principalmente regido por el reglamento de la FIA es que la inyección directa y en el sistema eléctrico han facilitado crear un sistema que permita no gastar gasolina al no pisar el acelerador con el objetivo de regir la nueva normativa que no permite usar más de 100 litros y en algunos casos 150 litros por carrera.
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