El Real Madrid culminó un año inmejorable ante un humilde
San Lorenzo que intentó incomodar al Madrid defendiendo con hasta con nueve
jugadores y practicando un fútbol con muchas interrupciones. A pesar del
resultado, el Madrid no estuvo para nada cómodo en el estadio de Marrakech. El
Madrid empezó achicando con una ocasión clarísima, Benzema no pudo concretar el
centro-chut que envió Cristiano.
A partir de ahí el Madrid tan solo creaba peligro en ocasiones
a balón parado o en contraataque, no obstante, del mismo modo que el Madrid no
llegaba con facilidad a portería, el San Lorenzo de Almagro intentaba un contra
que nunca llegó. El San Lorenzo que intentaba aprovechar la velocidad de
Buffarini y enviaba balones a la desesperada a Cauteruccio con la esperanza de
que se inventara alguna jugada. Las
imprecisiones fueron su peor enemigo en una gran final en la que para ganar
necesitaba más que la ayuda divina.
El conjunto de Ancelotti, bien orquestado por un Toni Kroos
siempre certero. A su vez se convirtió en el primer jugador de la historia en
ganar dos Mundialitos de Clubes seguidos.
El partido tan trabado como Edgardo Bauza, entrenador del
combinado argentino había pretendido y deseado, el equipo presionaba
tímidamente hasta que en el minuto 36, Sergio Ramos de cabeza y a centro de
Kroos volvía a darle medio título al Real Madrid. Recordando hazañas anteriores,
cabe destacar el gol que abría la lata de Ramos en la vuelta de semifinales de
la Champions en el Allianz Arena llevando un corto 1-0 de la ida.
Otro gol memorable para la hinchada merengue y que dio nombre
a la gradería “minuto 93”, fue el gol “in
extremis” ante el Atlético que ya soñaba con su primera Champions. Ese gol fue
el empate que más tarde Bale culminaría y sería la tan deseada Décima.
En la segunda parte el Madrid tuvo alguna ocasión aislada,
acaparando la posesión de balón pero sin convertir esto en ocasiones, al minuto
6 del segundo tiempo un error garrafal del meta argentino acabó con el gol de
Bale y la sentencia de la final. A raíz de ahí, el San Lorenzo con nada que
perder se creció y empezó a tener el balón en los momentos finales achico
tímidamente al Madrid, en el 80 un chute de fuera el área y tres minutos más
tarde una combinación que no pudieron concretar, lo más destacado del conjunto
papal.
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